Clasificación del aneurisma cerebral

Clasificación por su forma

La clasificación de un aneurisma cerebral, de acuerdo con su morfología, se corresponde con 3 categorías básicas:

  • aneurisma sacular,
  • aneurisma fusiforme y
  • aneurisma disecante.

Aneurisma sacular

Se presenta como abultamiento esférico, globo o saco de la pared arterial con forma de cereza, unido al vaso por un cuello bien definido de pequeño diámetro, y se localiza en las bifurcaciones de las arterias (donde se estrella el torrente sanguíneo).

Afecta con mayor frecuencia –entre el 85 y 95% de los casos– a la circulación anterior, y se da en muchas menos ocasiones –entre el 5 y el 15%– en la circulación posterior.

Esta clasificación de la forma típica totaliza la mayoría de los aneurismas intracraneales adquiridos y es más común en el sistema carotídeo que en el vertebrobasilar.

No suele ser congénito (la persona no nace con él), y su desarrollo se produce en personas adultas, es muy infrecuente en niños, y excepcionalmente sucede en neonatos.

La hipertensión arterial, el tabaquismo, el consumo de estupefacientes y el alcoholismo suelen ser los factores más influyentes en la formación temprana de un aneurisma cerebral sacular.

Aneurisma fusiforme

Se caracteriza por ser una dilatación de toda la pared de la arteria, de forma alargada y usualmente tortuosa, que varía en diámetro y longitud, no posee un cuello definido, y afecta sobre todo a la circulación posterior.

El aneurisma sacular no ocurre en una bifurcación, sino que compromete a todo un segmento del vaso principal (como la carótida intracraneal, la arteria basilar o la vertebral).

Puede estar parcialmente trombosado, es decir, coagulado o tapado, y ocasionar cuadros de compresión sobre otros vasos, sobre los nervios craneales, o sobre el parénquima cerebral.

El aneurisma cerebral de clasificación fusiforme suele estar asociado a la ateroescrerosis y a la hipertensión arterial.

Aneurisma disecante

El aneurisma cerebral disecante se describe como una luz o disección en el lado interior de la pared arterial, cuando se produce un desgarro a lo largo de la capa interna que recubre a la arteria, lo que permite el ingreso de sangre al resto de la pared y la formación de un hematoma intramural, al punto de distender un lado, o bloquear el flujo sanguíneo a través de la arteria.

Si bien puede darse en forma espontánea y ubicarse en la porción cervical de la carótida y en la parte extracraneal de la arteria vertebral, también puede deberse a una lesión traumática.

El aneurisma cerebral disecante sucede con más frecuencia en el sistema vertebral-baislar, donde aqueja de manera exclusiva a la arteria cerebelosa posterior.

Aunque el aneurisma disecante en el tracto extracraneal tiene un origen mayoritariamente traumático, también puede corresponderse con cuadros de ateroesclerosis, displasia fibromuscular, artritis, trastornos congénitos de los tejidos conectivos e infecciones.

La presencia de un aneurisma cerebral de clasificación disecante –cuya ruptura es bastante infrecuente, pero suele requerir terapia endovascular para evitar la oclusión arterial– afecta más a los hombres que a las mujeres.

Clasificación por su tamaño

De acuerdo con su tamaño, la clasificación del aneurisma cerebral varía entre

  • Aneurisma muy pequeño: < 3 mm
  • Aneurisma pequeño: > 3 < 11 mm
  • Aneurisma grande: > 11 < 25 mm
  • Aneurisma gigante: > 25 mm

La mayoría de los aneurismas cerebrales no presenta síntomas y tiene un tamaño pequeño (menor a los 10 mm).

Cuanto menor es el tamaños del aneurisma cerebral son proporcionalmente menores los riesgos de que se rompa.

Clasificación por su localización

La localización más habitual de los aneurismas cerebrales es en un sector de las arterias de la base del cerebro denominado “círculo o polígono de Willis”.

El 85 % se desarrolla en la porción anterior del polígono de Willis y afecta a la arteria carótida interna y sus ramas intracraneales.

La clasificación de las ubicaciones más frecuentes incluye

  • al complejo de la arteria comunicante anterior (39-35 %),
  • al origen de la arteria comunicante posterior a partir de la arteria carótida interna (39-35 %),
  • a la bifurcación de la arteria cerebral media (20 %),
  • a la bifurcación de la arteria basilar y
  • al resto de las arterias de la circulación posterior (5 %).

Los aneurismas cerebrales pueden ser

  • solitarios (70 % a 75 %) o
  • constituir lesiones vasculares múltiples (25 % a 30 %).