El accidente cerebrovascular (ACV), también llamado ataque cerebral, es un tipo de enfermedad vascular cerebral (EVC) que se produce con mayor frecuencia a medida que avanza la edad biológica de las personas. Aunque muchos ACV se presentan sin manifestaciones previas, existen síntomas físicos que pueden advertir su ocurrencia, y factores de riesgo que deben conocerse mejor.
El ACV se desencadena cuando existe una hemorragia intracraneal (en el interior del encéfalo), o si se interrumpe la irrigación sanguínea de parte del cerebro; además de provocar una lesión cerebral seria, el accidente cerebrovascular suele afectar al resto del cuerpo; el nivel de daño depende, fundamentalmente, de qué arterias estuvieron involucradas y durante cuánto tiempo, hasta la eventual resolución.
Los efectos de un accidente cerebrovascular pueden ser más leves o más graves, algunos transitorios, otros permanentes; hay pacientes que se logran recuperarse por completo en cuestión de días, mientras que otros nunca se restablecen; un porcentaje elevado muere dentro de las primeras horas de producido el accidente cerebrovascular.
Qué causa un accidente cerebrovascular
Existen 2 causas predominantes del accidente cerebrovascular:
- En un 88 % de los casos es ocasionado por un coágulo sanguíneo –trombo– o la obstrucción de una arteria: este tipo de accidente cerebrovascular se denomina accidente cerebrovascular isquémico. Existen a su vez 2 tipos de ACV isquémicos:
- la trombosis cerebral (un coágulo endovascular ocluye a la arteria cerebral en que se forma) y
- la embolia cerebral (un coáguno de origen externo –por lo general cardíaco– obstruye a una arteria del cerebro).
- El 12 % restante es provocado por vasos rotos o dañados que derraman sangre en el cerebro o a su alrededor; este tipo de accidente cerebrovascular se conoce como accidente cerebrovascular hemorrágico. Existen 2 tipos de ACV hemorrágicos:
- la hemorragia subaracnoidea (HSA, en la que un vaso derrama sangre en el espacio que hay entre el cerebro y el cráneo) y
- la hemorragia intracerebral (causada por la ruptura de un aneurisma cerebral o una malformación arteriovenosa –MAV– en el interior del tejido que forma el cerebro).
Qué tipo de accidente cerebrovascular es más grave
Los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos producen más muertes que los isquémicos; sin embargo, los pacientes que sobreviven a un accidente cerebrovascular hemorrágico se recuperan mejor y sufren menos discapacidades de larga duración.
El accidente cerebrovascular isquémico es más devastador, en el largo plazo, que el hemorrágico, porque parte del tejido cerebral muere cuando se obstruye el vaso sanguíneo que la irriga, y el cerebro no puede producir células nuevas para reemplazar a las neuronas muertas.
En el accidente cerebrovascular hemorrágico, la presión de la sangre que empuja contra una parte del cerebro y la oprime; si la persona sobrevive a las primeras horas de sangrado, la presión disminuye lentamente y el cerebro puede recuperar parte de las funciones perdidas.
Un accidente cerebrovascular isquémico también puede presentar sangrado y convertirse en un accidente cerebrovascular hemorrágico.
Qué síntomas tiene un accidente cerebrovascular
Los síntomas de un accidente cerebrovascular dependen de qué parte del cerebro esté dañada; en algunos casos, es posible que en los primeros momentos una persona no se dé cuenta de que ha tenido un accidente cerebrovascular.
Una vez desencadenado, el accidente cerebrovascular presenta una serie de síntomas comunes concurrentes que, de manifestarse, ameritan una atención especializada inmediata, y que se resumen en:
- Dolor de cabeza intenso y repentino (o cambios en el tipo o la frecuencia de los dolores de cabeza en las personas que los sufren); si la persona duerme, se despierta; empeora si se cambia de posición, al toser, o al realizar esfuerzos.
- Debilidad muscular, hormigueo o entumecimiento en el rostro, un brazo, una pierna, o una mitad del cuerpo.
- Deterioro visual repentino, especialmente cuando se produce en un solo ojo, visión doble o ceguera.
- Pérdida de la capacidad del habla, habla ininteligible o dificultad para comprender a los demás; también problemas súbitos para leer o escribir.
- Cambios bruscos en la personalidad, en los estados emocionales o en la capacidad mental (torpeza, confusión, pérdida de la memoria, falta de lucidez, somnolencia, pérdida de la conciencia).
- Dificultad para deglutir y cambios en el sentido del gusto.
- Mareos, falta de coordinación o pérdida del equilibrio al caminar, pérdida de la coordinación de los miembros.
- Trastornos de la audición de origen desconocido, especialmente si la persona presenta los síntomas previos.
- Ataques isquémicos transitorios (AIT, miniaccidentes cerebrovasculares de corta duración, que advierten el advenimiento de un ACV en más de ⅓ de los casos).
Los síntomas por lo general son más intensos cuando el accidente cerebrovascular acaba de suceder, pero pueden empeorar lentamente.
La mayoría de las veces, los síntomas se presentan de manera súbita y sin aviso; pero a veces pueden ocurrir intermitentemente durante el primero o segundo día de iniciado el ACV.
En el caso del aneurisma cerebral, al sobrevenir la ruptura y el consiguiente sangrado, los síntomas principales son un dolor de cabeza repentino severo, la rigidez en la nuca, náuseas y vómitos, a veces acompañados por debilidad asimétrica, visión doble, ceguera parcial, confusión e inclusive pérdida de la conciencia.
Qué hacer si se sospecha de un accidente cerebrovascular
Un accidente cerebrovascular es una emergencia médica que requiere atención urgente; la acción perecedera más importante es recurrir a un servicio de emergencia, o llamar al 911.
En caso de sobrevenir un accidente cerebrovascular, o aún si sólo se presenta como una sospecha, es esencial recibir asistencia médica inmediata en un centro especializado.
Las primeras 3 horas son las más importantes: de las personas que sufren un accidente cerebrovascular y no son atendidas de manera urgente, el 50% muere antes de las 24 horas.
Los pacientes generalmente no acuden en busca de ayuda profesional porque no se dan cuenta de que están sufriendo un accidente cerebrovascular, piensan que no hay un tratamiento eficaz para un accidente cerebrovascular, o deciden esperar por si los síntomas desaparecen solos.
Es imperioso buscar ayuda inmediata si una persona muestra estos síntomas que se resumen en las siglas FAST (en inglés, RÁPIDO, por F: face, cara; A: arms, brazos; S: speech, habla; T: time, tiempo):
- Mirar a la persona a la cara y pedirle que sonría; revisar si un lado de la cara parece inclinado.
- Pedirle a la persona que levante ambos brazos; ver si uno de los brazos se desplaza hacia abajo.
- Pedirle a la persona que repita una frase sencilla; revisar si repite el enunciado correctamente, si está bien articulada, o si arrastra las palabras.
- Si la persona muestra cualquiera de estos síntomas, el tiempo es crucial, y hay que llegar al centro de atención médica lo antes posible: lo mejor es llamar al 911.