ACV: Un gran problema poco conocido

Fucac · ACV: un gran problema poco conocido

El Accidente Cerebrovascular (ACV) es una patología vascular cerebral considerada como emergencia médica severa que compromete al tejido neuronal y suele tener consecuencias graves.

Las condiciones de vida actuales, un conjunto conductas y hábitos que suelen causar compromisos más o menos severos para la salud, imponen que prestemos particular atención a un problema insuficientemente comprendido y escasamente divulgado: el accidente cerebro-vascular (ACV).

El Accidente Cerebrovascular es una vasculopatía cerebral considerada como emergencia médica severa que compromete al tejido neuronal y que se presenta en dos formas diferenciadas:

  • El ACV isquémico
  • El ACV hemorrágico

La definición tradicional de ACV es clínica, y está basada en la aparición brusca de la pérdida de la función neurológica focal por infarto o hemorragia en una zona importante del cerebro, la retina o la médula espinal.

El ACV es la segunda causa principal de muerte, después de las cardiopatías isquémicas, y primera de invalidez en todo el mundo.

Debemos destacar que en Argentina se produce un ACV cada 4 minutos, representando una patología a tener en cuenta por la población y la medicina por el alto riesgo de muerte y secuelas que ésta conlleva.

Tipos de ACV

Los subtipos patológicos comprenden:

  • el ACV isquémico (cerebral, retiniano e infarto medular), representando aproximadamente el 80% de los casos, y
  • el ACV hemorrágico (hemorragia intracerebral y hemorragia subaracnoidea).

ACV isquémico

El ACV isquémico se puede distinguir entre el transitorio (AIT) y el instalado. Este último se caracteriza por la persistencia de los síntomas durante más de 24 horas (o porque provoca la muerte antes de ese lapso).

Etiológicamente, el ACV isquémico está causado por un embolismo, que puede provenir del corazón, de la arteria carótida cervical o por un síndrome antifosfolipídico.

La causa no embolígena es producida por una oclusión arterial debido a la arterioesclerosis.

Hay dos tipos de ataques hemorrágicos en el cerebro. En ambos se rompe un vaso sanguíneo, uno se vuelca al tejido cerebral y el otro al espacio subaracnoideao a una parte del cerebro.

Se pueden clasificar en:

  • Hemorragias intracerebrales (la causa más común del ataque hemorrágico en el cerebro, que ocurre cuando un vaso sanguíneo sangra o se rompe hacia el tejido cerebral)
  • Hemorragia subaracnoidea (que ocurre cuando un aneurisma se rompe en la superficie del cerebro o cerca de éste, y sangra en el espacio subaracnoideo)

Los síntomas típicos de un ACV isquémico son: debilidad súbita unilateral, entumecimiento o pérdida de la visión; diplopía; alteración del habla; ataxia y vértigo no ortostático. 

ACV hemorrágico

El ACV hemorrágico presenta cefaleas en estallido o intensas y con o sin foco motor, con o sin pérdida del conocimiento.

Factores de riesgo

Los factores de riesgos para padecer un ACV son numerosos. Entre ellos encontramos:

  • Factor genético: el riesgo es mayor en las personas que tienen antecedentes familiares de vasculopatías;
  • Diabetes mellitus (DBT) y la diabetes resistente a la insulina;
  • Factores cardiológicos como la hipertensión arterial, la fibrilación auricular, la persistencia del foramen oval, patologías valvulares cardíacas, entre otros;
  • Hipercolesterolemia;
  • Sedentarismo y Obesidad;
  • Tabaquismo, el consumo de alcohol en exceso y las drogas;
  • Migraña, los anticonceptivos orales o la terapia de reemplazo hormonal;
  • Estrés psicosocial, la depresión, la tensión laboral y muchas horas de trabajo.

Urgencia

Con respecto al tiempo que tenemos para tratar un ACV, podemos diferenciar entre:

  • El ACV isquémico, en el cual poseemos entre 3 y 6 horas si el mismo sucede en el territorio anterior y se alarga a 8 horas en el territorio posterior;
  • El ACV hemorrágico que de acuerdo a su etiología se va a dividir en quirúrgico o hemorragia intracerebral no producida por una aneurisma o malformación. En el primer caso va a depender de la localización, el tamaño y el estado clínico del paciente.

Si es un aneurisma o malformación, es una EMERGENCIA, debe tratarse dentro de las primeras 24 horas de la ruptura del Aneurisma Cerebral, ya que más de la mitad de los pacientes fallece si no es sometido a un tratamiento de emergencia.

En general, los aneurismas son asintomáticos hasta que se produce su ruptura, que puede causar desde complicaciones graves hasta la muerte.

De aquellos que sobreviven, más del 50% muere durante los 6 meses subsiguientes, o padece secuelas neurológicas severas.

Suceden más comúnmente entre los adultos, y afectan al doble de mujeres que de hombres; si bien son frecuentes entre quienes cuentan con antecedentes familiares, cualquier persona corre el peligro potencial de sufrir este tipo de complicación.

Se estima que un 5% de la población tiene algún tipo de aneurisma presente en el cerebro.

Cuando se produce la ruptura, los casos se ordenan en grados, de acuerdo con la severidad de la hemorragia, que van desde:

  • ausencia total de signos (supervivencia del 70%);
  • aparición de dolores de cabeza intensos, rigidez en la nuca y déficits neurológicos menores (supervivencia inferior al 50%);
  • presencia de hemiparesis y hemiplejias, con caída en coma profundo (supervivencia de menos del 10%);
  • hasta la muerte instantánea.