Clasificación de aneurismas cerebrales

Ilustración simulada de imagen de cerebro afectado por un aneurisma.
La clasificación de un aneurisma cerebral de acuerdo con su morfología se corresponde con 3 categorías básicas: sacular, fusiforme y disecante. Aquí las exponemos y explicamos.

Clases de aneurisma

Los aneurismas cerebrales se clasifican por:

  • Forma: Sacular, fusiforme, disecante.
  • Tamaño: Pequeños, medianos, grandes o gigantes.
  • Localización: En las arterias de la circulación anterior o posterior del cerebro, con sitios frecuentes en la arteria comunicante anterior, arteria cerebral media y arteria basilar.

Por su forma

La clasificación de un aneurisma cerebral, de acuerdo con su morfología, se corresponde con 3 categorías básicas:

  • aneurisma sacular (una bolsa redonda de un solo lado de la arteria)
  • aneurisma fusiforme (una dilatación alargada que afecta a toda la circunferencia)
  • aneurisma disecante (un desgarro en la capa interna de la pared arterial)

Aneurisma sacular

Fucac: aneurisma cerebral sacular.
El tipo más común de aneurisma cerebral es un saco redondo que sobresale de una arteria principal o de una de sus ramas: representa el 90 % de los casos diagnosticados.

Se presenta como abultamiento esférico, globo, bolsa o saco de la pared arterial con forma de cereza, que se proyecta hacia un lado, unido al vaso por un cuello bien definido de pequeño diámetro.

Se localiza mayormente en las bifurcaciones de las arterias, donde se estrella el torrente sanguíneo y provoca mayor presión.

Afecta con frecuencia –entre el 85 y 95% de los casos– a la circulación anterior, y se da en muchas menos ocasiones –entre el 5 y el 15%– en la circulación posterior.

Esta clasificación de la forma típica totaliza la mayoría de los aneurismas intracraneales adquiridos y es más común en el sistema carotídeo que en el vertebrobasilar.

No suele ser congénito (la persona no nace con él); su desarrollo se produce en personas adultas, es muy infrecuente en niños, y excepcionalmente sucede en neonatos.

La hipertensión arterial, el tabaquismo, el consumo de estupefacientes y el alcoholismo suelen ser los factores más influyentes en la formación temprana de un aneurisma cerebral sacular.

Aneurisma fusiforme

Fucac: aneurisma cerebral fusiforme.
Es menos común que el aneurisma sacular, está asociado con la ateroscreloris, y se caracteriza por el ensanchamiento de la arteria –que sobresale en forma de circunferencia– en el área más debilitada.

Se caracteriza por ser una dilatación o ensanchamiento de toda la pared de la arteria, de forma alargada y usualmente tortuosa.

Varía en diámetro y longitud, no posee un cuello definido como el sacular, y afecta sobre todo a la circulación posterior.

El aneurisma fusiforme no ocurre en una bifurcación, sino que compromete a todo un segmento del vaso principal (como la carótida intracraneal, la arteria basilar o la vertebral).

Puede estar parcialmente trombosado (es decir, coagulado o tapado) y ocasionar cuadros de compresión sobre otros vasos, sobre los nervios craneales, o sobre el parénquima cerebral.

El aneurisma cerebral de clasificación fusiforme suele estar asociado a la ateroescrerosis y a la hipertensión arterial.

Aneurisma disecante

Fucac: aneurisma cerebral disecante.
Es un tipo de lesión que se produce por desgarro en la capa interna de la pared de la arteria, lo que permite el ingreso de sangre a las demás capas y puede distender un lado de la arteria, bloquear u obstruir el flujo sanguíneo a través de ella.

Este tipo es raro en el cerebro, pero cuando ocurre puede ser causado por un traumatismo o una enfermedad de los vasos sanguíneos.

El aneurisma cerebral disecante se describe como una luz o disección en el lado interior de la pared arterial, cuando se produce un desgarro a lo largo de la capa interna que recubre al vaso.

Al separar las capas y formar un abombamiento, permite el ingreso de sangre al resto de la pared de la arteria y la formación de un hematoma intramural, al punto de distender un lado, o bloquear el flujo sanguíneo.

Si bien puede darse de manera espontánea y ubicarse en la porción cervical de la carótida y en la parte extracraneal de la arteria vertebral, también puede deberse a una lesión traumática.

El aneurisma cerebral disecante sucede con más frecuencia en el sistema vertebral-basilar, donde aqueja de manera exclusiva a la arteria cerebelosa posterior.

La presencia de un aneurisma cerebral de clasificación disecante afecta más habitualmente a los hombres que a las mujeres.

Clasificación por su tamaño

Fucac: ilustración sobre tamaños y evolución de aneurismas cerebrales.
El tamaño de los aneurismas va desde muy pequeños y pequeños (< 2,5~11 mm, la mayoría de las ocurrencias, con riesgo casi nulo de ruptura), grandes (entre 11 y 25 mm, mayor riesgo potencial) hasta gigantes (>25 mm, de altísimo riesgo).

De acuerdo con sus dimensiones relativas, la clasificación del aneurisma cerebral varía según su diámetro en:

  • Muy pequeño: < 3 mm
  • Pequeño: 3 ~ 11 mm
  • Grande: 11 ~ 25 mm
  • Gigante: > 25 mm

La mayoría de los aneurismas cerebrales no presenta síntomas y tiene un tamaño pequeño (menor a los 10 mm).

Cuanto menor es el tamaño del aneurisma cerebral, los riesgos de que se rompa son proporcionalmente menores.

Los aneurismas gigantes, cuyo diámetro excede los 25 mm, son particularmente complejos y tienen un riesgo elevado de complicaciones que agrava aún más el cuadro con la ruptura.

Clasificación por su localización

Fucac: Polígono de Willis (imagen computadorizada 3D).
El polígono de Willis –también conocido como círculo arterial cerebral (CAC)– es una red de vasos sanguíneos muy importante clínicamente por su estructura, función y ubicación, pero también una zona común para la formación de aneurismas.

Los aneurismas cerebrales suelen localizarse en arterias de la base del cerebro, a menudo en los puntos donde los vasos se ramifican o bifurcan.

El 85 % se desarrolla en la porción anterior del “círculo o polígono de Willis”, un sector de la circulación anterior, y afecta a:

  • La arteria comunicante anterior
  • La arteria cerebral media
  • La arteria comunicante posterior
  • La arteria carótida interna

El resto ocurre en las arterias de la circulación posterior, que abarca a:

  • La arteria basilar
  • Las arterias vertebrales

Las ubicaciones más frecuentes incluyen:

  • el complejo de la arteria comunicante anterior (39-35 %),
  • el origen de la arteria comunicante posterior a partir de la arteria carótida interna (39-35 %),
  • la bifurcación de la arteria cerebral media (20 %),
  • la bifurcación de la arteria basilar y
  • el resto de las arterias de la circulación posterior (5 %).

Los aneurismas cerebrales pueden presentarse como:

  • solitarios (70 % a 75 %), los más comunes en la mayoría de los pacientes, por lo general se descubren en forma incidental durante estudios de imágenes:
    • Solo se encuentra una dilatación en una arteria cerebral específica.
    • La mayoría suele aparecer en la circulación anterior del cerebro (como la arteria comunicante anterior o la arteria cerebral media).
    • El riesgo de ruptura y complicaciones depende de su tamaño, forma y localización.
  • lesiones vasculares múltiples (25 % a 30 %), se presentan junto con otros aneurismas o lesiones de los vasos en distintas partes del cerebro, lo que implica que la persona tiene dos o más aneurismas, ya sea en puntos de la misma arteria o en diferentes arterias:
    • Los aneurismas múltiples suelen desarrollarse debido a factores genéticos o condiciones subyacentes que afectan la integridad de las arterias.
    • Pueden estar dispersos en varias arterias del cerebro o localizarse cerca uno del otro en una misma área vascular.
    • Algunas condiciones, como los trastornos del tejido conectivo (síndrome de Ehlers-Danlos, enfermedad de Moyamoya), hipertensión crónica y malformaciones arteriovenosas (MAV), aumentan la probabilidad de desarrollar lesiones vasculares múltiples.

Clasificación por riesgos asociados

Existen varios factores que influyen en la probabilidad de ruptura, hemorragia y complicaciones graves, incluidos el tamaño, la localización, la forma del aneurisma, las condiciones médicas subyacentes, el estilo de vida del paciente y su estado de salud general.

Bajo riesgo

  • Tamaño pequeño (<7 mm):
    Los aneurismas pequeños suelen tener un menor riesgo de ruptura y en muchos casos pueden ser monitoreados sin tratamiento invasivo, si no presentan síntomas.
  • Ubicación en arterias menos críticas:
    Los aneurismas en la circulación anterior, como en la arteria cerebral media, suelen tener un riesgo más bajo en comparación con los ubicados en la circulación posterior.
  • Sin factores de riesgo significativos:
    Los pacientes sin hipertensión, que no fuman, y sin antecedentes familiares de aneurismas o hemorragias cerebrales tienen un menor riesgo.

Riesgo moderado

  • Tamaño mediano (7~11 mm):
    Los aneurismas de tamaño intermedio presentan un riesgo moderado de ruptura, y de acuerdo con su localización y otros factores, puede considerarse una intervención.
  • Forma irregular:
    Los aneurismas con una pared irregular o con protrusiones pueden ser más propensos a romperse.
  • Antecedentes familiares de aneurismas:
    Las personas con historia familiar de aneurismas cerebrales o hemorragias subaracnoideas tienen un mayor riesgo de complicaciones.
  • Estilo de vida no saludable:
    Fumar, consumir alcohol u otras drogas en exceso, o tener hipertensión moderada aumenta los peligros de complicaciones.

Alto riesgo

  • Tamaño grande (11~25 mm) o gigante (>25 mm):
    Los aneurismas de gran tamaño tienen un riesgo significativamente mayor de romperse, especialmente si están en áreas críticas del cerebro.
  • Ubicación en la circulación posterior:
    Los aneurismas en arterias de la circulación posterior (como la arteria basilar o las arterias vertebrales) son más propensos a romperse y están asociados con complicaciones más graves.
  • Forma compleja o multilobulada:
    Los aneurismas con múltiples lóbulos o con una estructura irregular son más inestables y, por lo tanto, tienen un mayor riesgo de ruptura.
  • Presencia de síntomas:
    Si el aneurisma causa síntomas, como dolores de cabeza intensos, problemas visuales o signos neurológicos, el riesgo de ruptura aumenta.
  • Factores de riesgo vasculares:
    La hipertensión severa, arterioesclerosis, o enfermedades vasculares hereditarias (como la displasia fibromuscular o el síndrome de Ehlers-Danlos) aumentan significativamente el riesgo de ruptura.
  • Aneurismas múltiples:
    Tener varios aneurismas aumenta el riesgo de que al menos uno se rompa.

Muy alto riesgo (emergencia médica)

  • Aneurisma sintomático o con signos de fuga:
    Un aneurisma que muestra signos de estar a punto de romperse (dolor de cabeza súbito, síntomas neurológicos agudos) representa una emergencia médica.
  • Aneurisma roto:
    La ruptura de un aneurisma cerebral es una condición crítica que provoca una hemorragia subaracnoidea, lo que puede ser fatal si no se trata de inmediato.