Aneurisma cerebral: ¿Qué es?

Fucac: aneurisma cerebral en una recustrucción computadorizada.

Estudio por computadora del flujo sanguíneo en el interior de un aneurisma cerebral sacular en una reconstrucción digital de la arteria cerebral media de un paciente, para visualizar parámetros como el volumen, la velocidad del flujo y la presión arterial.

Un aneurisma cerebral, o aneurisma del cerebro, es una debilidad en la pared de un vaso sanguíneo que provoca que éste protruya –que sobresalga de manera patológica de los límites normales y tome forma de saco o globo– o se abombe –que se ensanche en toda su longitud– y esté expuesto a una eventual ruptura, lo que causa una catástrofe intracraneal.

 

Síntomas de un aneurisma cerebral

Una persona puede tener un aneurisma sin presentar ningún síntoma a lo largo de toda su vida. Aunque no es frecuente, es posible encontrar a un aneurisma cerebral que no se ha roto cuando se hace un rastreo (scanning) mediante una resonancia magnética (MRI) o una tomografía computadorizada (CT) del cerebro por alguna otra razón.

Un aneurisma cerebral puede dejar escapar una cierta cantidad de sangre, lo cual muchas veces causa un dolor de cabeza muy fuerte, que el paciente suele describir como el peor dolor de cabeza de su vida.

Una frase usada por los profesionales para nombrar a estos dolores de cabeza repentinos es cefalea centinela: esto significa que el dolor de cabeza podría ser un signo de advertencia de la ruptura –días o incluso semanas después de que el dolor de cabeza sucede por primera vez– de un aneurisma cerebral.

Los síntomas también pueden aparecer si el aneurisma cerebral ejerce presión sobre las estructuras cercanas en el cerebro (por su tamaño), o si colapsa –se rompe– y causa sangrado intracerebral.

Síntomas de un aneurisma cerebral roto

Los síntomas de un aneurisma cerebral problemático dependen de la localización del aneurisma y de qué parte del cerebro está afectada, pero pueden incluir:

  • Dolor de cabeza súbito e intenso
  • Visión doble, pérdida parcial o total de la visión
  • Dolores de cabeza
  • Dolor en un ojo
  • Dolor en el cuello y/o rigidez en la nuca

Otros signos de la ruptura de un aneurisma cerebral pueden ser:

  • Confusión, letargo, somnolencia o estupor
  • Párpado caído
  • Dolores de cabeza con náuseas o vómitos
  • Debilidad muscular o dificultad para mover cualquier parte del cuerpo
  • Entumecimiento o disminución de la sensibilidad en cualquier parte del cuerpo
  • Crisis epiléptica
  • Problemas del habla

Un aneurisma cerebral, inmediatamente luego de la ruptura, es una emergencia médica que demanda ayuda especializada de inmediato.

 

Causas del aneurisma cerebral

El aneurisma cerebral ocurre cuando hay un área debilitada en la pared de un vaso sanguíneo; las causas verdaderas de la existencia de los aneurismas no son del todo claras, aunque se conocen factores que incrementan los riesgos de que sucedan.

Un aneurisma cerebral puede estar presente desde el nacimiento –aneurisma cerebral congénito– o puede desarrollarse más tarde en el transcurso de la vida, como a partir de la lesión de un vaso sanguíneo por diversos factores.

Fucac: tipos de aneurisma cerebral.

Aneurisma cerebral sacular (con forma de baya o globo; es el más común de los aneurismas cerebrales y se asocia a la hemorragia subaracnoidea), fusiforme (en forma de huso; el vaso se expande en todas las direcciones; no es tan común como el sacular, no tiene cuello y rara vez se rompe) y disecante (pseudoaneurisma o aneurisma falso; es una expansión del vaso que no involucra a todas las capas de la pared; con frecuencia es de origen traumático).

 

Diferentes tipos de aneurismas

Existen distintos tipos de aneurismas, clasificados según su morfología. El más importante, por su incidencia clínica, es el de tipo sacular –originado en las bifurcaciones de las arterias, que representa a la mayoría de los casos de aneurisma intracraneal– y el fusiforme –que afecta a un tracto arterial de la circulación cerebral posterior, en toda la circunferencia del vaso– aunque el aneurisma disecante –también conocido como aneurisma falso, con mayor frecuencia de origen traumático– suele ser sindicado como una causa de ACV isquémico en adultos jóvenes, más frecuente entre hombres.

  • Un aneurisma cerebral sacular –con forma de globo– puede variar de tamaño: desde unos pocos milímetros, a más de un centímetro. Los aneurismas saculares gigantes pueden alcanzar más de 2 cm, y son más comunes en los adultos. Los aneurismas saculares múltiples se heredan con más frecuencia que otras clases de aneurismas.
  • Hay un tipo de aneurisma cerebral, el aneurisma cerebral fusiforme, que implica un ensanchamiento de todo el vaso sanguíneo, o puede aparecer como un abombamiento de parte de ese vaso. Este tipos de aneurisma cerebral puede presentarse en cualquiera de los vasos que irrigan el cerebro.
  • En el aneurisma cerebral disecante, la pared del vaso se separa en la capa intermedia y genera una segunda cavidad interna; si la túnica íntima de la arteria se desgarra, la sangre accede a esta cavidad; se da principalmente, pero no únicamente en la aorta. El falso aneurisma o pseudoaneurisma suele producirse por una rotura en la pared interna como consecuencia de una lesión traumática; también puede sobrevenir luego de la colocación de un catéter en el vaso sanguíneo por el tratamiento o el diagnóstico de otro aneurisma, y formar un nuevo aneurisma en determinados casos.

La ateroesclerosis, un traumatismo, o una infección, capaces de lesionar la pared vascular, pueden ocasionar un aneurisma cerebral.

Aproximadamente el 5% de la población tiene algún tipo de aneurisma cerebral, pero sólo un pequeño número de estos aneurismas causa síntomas o ruptura.

Los factores de riesgo para el desarrollo y ruptura de un aneurisma cerebral comprenden antecedentes familiares de aneurisma cerebral y problemas médicos como la poliquistosis renal, la coartación de la aorta y la hipertensión arterial, entre muchos otros.

 

Consecuencias del aneurisma cerebral

Fucac: aneurisma cerebral.

La ruptura de aneurisma cerebral es un episodio complejo que compromete a la vida del paciente; aun si consigue superar la instancia mortal, las consecuencias neurológicas suelen ser graves y en muchos casos permanentes, si no se auxilia al paciente dentro de un corto lapso de tiempo desde que se produce la hemorragia.

Si se rompe un aneurisma cerebral se está ante la presencia de una emergencia médica compleja que necesita tratamiento inmediato para interrumpir la hemorragia, eliminar sus efectos y –fundamentalmente– evitar el sangrado futuro. El aneurisma cerebral favorece la trombosis (la formación de coágulos, llamados trombos), que puede ser fuente de embolias, tanto como causar obstrucción arterial; oclusión trombótica es más probable cuanto menor es el calibre del aneurisma.

Las complicaciones de la ruptura de un aneurisma cerebral, en el muy corto plazo, incluyen el aumento de la presión intracraneal (lo que compromete la función cerebral), la pérdida de movimiento y la sensibilidad en una o más partes del cuerpo, la aparición de convulsiones, la hemorragia subarcnoidea (HSA) –en el espacio que separa al cerebro del cráneo– y el desencadenamiento de un accidente cerebrovascular (ACV).

Los posibles factores patogenéticos del ACV son la oclusión trombótica del aneurisma cerebral, la compresión de la arteria por el hematoma subaracnoideo y, finalmente, el espasmo vascular. Se han diseñado diversas escalas semióticas para la clasificación de la severidad en la condición clínica del paciente, como la escala de Hunt y Hess (para evaluar a la HSA no traumática), la escala de coma de Glasgow (para valorar el nivel de conciencia) y la escala de Fisher (para predecir el riesgo de vasoespasmo luego de una HSA).

No todos los aneurismas necesitan tratamiento inmediato: los que son muy pequeños –menos de 3 mm– tienen menos probabilidad de romperse, aunque deben observarse con regularidad para verificar que no crecen.

En caso de descubrir un aneurisma cerebral, aun cuando no haya ningún síntoma, el médico puede pedir un tratamiento preventivo para impedir una futura ruptura que, de producirse, es posible que resulte mortal.

De todos modos, la decisión de bloquear a un aneurisma antes de que pueda romperse corre siempre por cuenta de un especialista neurocirujano experimentado.

Gravedad del aneurisma cerebral roto

Los aneurismas cerebrales rotos son, con frecuencia, mortales, si no se da asistencia inmediata al paciente.

Aproximadamente un 25% de las personas muere dentro de las primeras 24 horas de producirse el sangrado del aneurisma cerebral, y otro 25% muere dentro de los primeros 3 meses.

De aquellas que sobreviven, aproximadamente un 66% tendrá algún tipo de discapacidad o déficit neurológico permanente.

 

¿Puede prevenirse el aneurisma cerebral?

No hay forma eficaz y certera de prevenir la formación y ruptura de un aneurisma cerebral.

El tratamiento de la hipertensión arterial puede reducir la posibilidad de desarrollo, o la ruptura de un aneurisma existente, pero no es determinante.

El control de factores de riesgo para la aterosclerosis puede disminuir la probabilidad de evolución negativa de algunos tipos de aneurismas.

Si se descubren a tiempo, los aneurismas que no han presentado ruptura se pueden tratar antes de que causen problemas, pero encontrarlos es bastante improbable: la decisión de ocluir o cerrar un aneurisma cerebral que no se ha roto se basa en el tamaño, el lugar donde se localiza, la edad del paciente y su estado general de salud.

De todas maneras, la mejor forma de estar preparados para enfrentar a un aneurisma cerebral pasa por mantener hábitos de vida que prevengan comportamientos convergentes con los factores de riesgo directo e indirecto, comunes a muchas otras enfermedades corrientes.

Fucac: angiografía de un aneurisma cerebral sacular.

La última tecnología de imágenes de la Neurorradiología Intervencionista permite localizar y tratar casi cualquier tipo de aneurisma cerebral, con independencia de su tamaño y ubicación, con una eficacia y una rapidez impensables hasta no hace mucho tiempo.

Publicado en Aneurisma cerebral, Fucac, Ictus hemorrágico, Prensa.